La imagen de Frigiliana ha sido siempre más romántica que neoclásica y en el siglo XIX estuvo bajo la sombra de los bandoleros, de sus tropelías, secuestros, robos y violaciones, que provocaron durante décadas el miedo a morir asesinado entre los frigilianenses, ante lo cual el recientemente creado cuerpo de la Guardia Civil poco podía hacer. En la Axarquía, la Guardia Civil y los bandoleros “Toscanos”, “Melgares” y “el Bizco de El Borge” se enfrentan en persecuciones continuas que crean una gran inseguridad en la zona. Así, las vías de comunicación solo eran frecuentadas en casos de necesidad y la gente del campo, pastores y campesinos, daban respaldo y cobijo a los bandoleros, por afinidad y por miedo.
La actitud de los bandoleros llamó la atención de viajeros; así Hector France alude al compromiso político de los bandoleros en estas notas: “lo que me disgusta de esos bandidos, es que se mezclan en la política – no porque les crea convicciones profundas. ¿Cuántos de nuestros políticos las tienen?; pero en la época de las elecciones, se convierten en agentes activos de los candidatos poco escrupulosos. En ciertos distritos de la montaña, incluso tienen más influencia que los curas y los alcaldes”.
El espíritu de la Guerra de la Independencia contra los franceses, que fue en buena medida ganada gracias a la guerrilla organizada por los bandoleros, seguía vivo en las Sierras de Almijara, Tejera y Alhama, pero ahora las victimas eran civiles.