La Casa del Apero es uno de los edificios con más sabor popular de Frigiliana. Su fecha de edificación no es todavía conocida con certeza, aunque debió construirse en el siglo XVII, coincidiendo tal vez con la institucionalización del Condado, y la edificación de la Iglesia y el Ingenio, toda vez que la función de este Apero era la de servir de edificio de servicios para las actividades económicas que en aquellos años propugnaban los condes. Así, se uso como almacén para los instrumentos de labraza que empleaba en las tareas agrícolas, para dar cobijo a los animales de trabajo (que debió ser un importante número de mulos y asnos que trabajarían para el arreo de la caña y herramientas, según demuestra un documento de 1736 de los administradores del conde), y como almacén para algunos productos agrícolas, además de las viviendas para los trabajadores temporales o personal de los condes. La forma que reconocemos hoy día no corresponde con la original, ya que las edificaciones que lindan con el patio interior, y que actualmente son propiedades privadas, pertenecieron al edificio y son fruto del desgajo del conjunto. De esta forma, el Apero se compondría de un patio central de forma cuadrangular, rodeado por dependencias por sus cuatro lados.
El Apero tiene un aire especial, un algo que lo hace acogedor y lo convierte en un lugar de paz a pocos metros del centro del pueblo. La ausencia de ruido, si no es el de su fuente, las texturas de las paredes viejas y blancas de ladrillo y piedra adecuadamente ordenadas o las maravillosas vistas que se pueden otear desde sus terrazas, son todo un aliciente para la visita. Además, la Casa del Apero se ha convertido en los últimos años en el espacio cultural de referencia de la localidad, ya que en él se ubica actualmente el Centro Cultural que lleva su nombre, y que incluye diversos equipamientos: en la planta baja una sala de exposiciones temporales que ocupa las antiguas cuadras, cuyos arcos y paredes conforman un conjunto de gran valor estético; la acompaña la primera parte de lo que en breve será el definitivo Museo Arqueológico de Frigiliana, que actualmente está dedicado como sala temática a los ajuares que se recogieron durante la excavación del Cerrillo o Cortijo de las Sombras. Esta colección tiene un enorme interés histórico y arqueológico, y es referencia internacional por su particularidad y su buen estado de conservación. También tiene su lugar aquí la Oficina Municipal de Turismo, que es un referente para aquellos que quieran visitar Frigiliana.
Por último, en la primera planta se localiza la biblioteca municipal, ocupando lo que probablemente fuera almacén, y una sala de usos múltiples al servicio de la población.